La Comisión de Inclusión Social y Personas con Discapacidad, que preside el legislador José Luis Ancalle Gutierrez (FA), aprobó, por mayoría, el texto sustitutorio del Proyecto de Ley que declara de preferente interés nacional y necesidad publica la reestructuración del Programa de Vaso de Leche, vigente desde su creación en 1985.

El texto aprobado incide en la necesidad de la total reorganización de dicho programa y se fundamenta en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del 2018, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) con 917 477 hogares que se beneficiaron con el Programa de Vaso de Leche, de los cuales el 60,2 % de estos no califica dentro de la categoría de pobreza.

Un estudio presentado por Comex Perú señala que, del total de hogares beneficiados, solo un 7,4 % califica dentro de la categoría de pobreza extrema y un 32,4 %, dentro de pobreza. En este sentido, 552 470 hogares no debieron beneficiarse del programa, porque ni siquiera cumplieron el requisito principal.

Asimismo, al añadir las demás condiciones necesarias para ser beneficiarios del programa (niños entre 0 y 13 años, hogares con madres gestantes o en un periodo de lactancia, y adultos mayores), estaríamos hablando de un total de 554 491 hogares infiltrados o un 60,4 % de hogares que no debieron ser partícipes del Programa Vaso de Leche.

El estudio, tomado en cuenta por la comisión, hace un análisis de los beneficiarios por departamento, y encuentra que en Lima se ubica el mayor número de hogares beneficiados, ya que concentra un 19,5 % del total; seguido de Cajamarca (8,7 %) y Piura (6,5 %). El departamento donde se hallaría la mayor tasa de infiltraciones es Ica, que ocupa el primer lugar al registrar un 96,4 % de hogares beneficiados que no debieron recibir el Programa de Vaso de Leche.

En el mismo análisis al que alude la iniciativa aprobada se encuentra que solo tres departamentos registraron una tasa de infiltración menor al 50 %: Puno (49,9 %), Amazonas (42,9 %) y Cajamarca (38,7 %).

También, se precisa que el 89,4 % de los jefes de hogar de las familias infiltradas tiene un empleo y un 1,3 % posee un negocio propio. Además, en promedio, el ingreso mensual que recibió el jefe del hogar de una familia infiltrada ascendió a S/ 2497. Asimismo, en el 8,36 % de estos casos, el este percibió ingresos superiores a S/ 1000 y en el 51,5 % superiores a S/ 2000. Sin embargo, lo más sorprendente es que existieron familias (0,38 % del total) que se beneficiaron del programa aun cuando su jefe de hogar percibió un ingreso superior a S/ 10 000.

Respecto a las condiciones de vida de estas familias, el 73,7 % tiene una casa propia, y esta fue construida con material noble en un 38,4 % de los casos. Asimismo, el 58,1 % de los hogares infiltrados cuenta con desagüe; el 57,7 % con servicio de agua potable, y el 93,9 % con alumbrado eléctrico. Además, un 33,4 % tiene por lo menos un televisor; un 17,4 % acceso a internet, un 8,7 % teléfono fijo, y el 93,9 % celular. Por tanto, es evidente que estas personas tienen capacidad adquisitiva y no califican en el rango de personas en pobreza o pobreza extrema.

Asimismo, el Programa del Vaso de Leche ha alcanzado a nivel nacional sostenibilidad en el tiempo y ha desarrollado organizaciones sociales que en gran parte hacen posible su continuidad; sin embargo, se debe precisar que aún no ha logrado posicionarse como un programa eficiente y de impacto positivo en la población.

Así se concluye que los problemas de filtración y subcobertura desnaturalizan el real objetivo para el que dicho programa fue creado, de manera que es obligación y responsabilidad de los actores que intervienen en el mismo y, más aún de las autoridades, identificar y corregir las condiciones y situaciones que generan tal distorsión, y así poder maximizar los beneficios de políticas destinadas a afrontar la inseguridad alimentaria de la población más vulnerable en el país.

El texto sustitutorio aprobado resume dos iniciativas de similar objetivo (PL 5789/2020-CR y 6735/2020-CR), en él también se señala que el Estado por mandato de la ley asigna anualmente más de 360 millones a las 1834 municipalidades del país para administrar este programa social, entre distritales y provinciales. En 2018, el Ministerio de Economía y Finanzas transfirió un total de S/ 368 229 725, esto representa el 0,23 % del presupuesto nacional. No obstante, esta subvención económica para alimentar a los niños más pobres del Perú no tiene el destino para la cual fue creada y los recursos públicos no solo son mal administrados, sino que se beneficia a personas que no necesariamente son pobres, se afirma en la norma.

OPINIONES RECIBIDAS
La Ley 27470 marco vigente para la ejecución del Programa de Vaso de Leche por los gobiernos locales cuenta con casi 20 años de vigencia, periodo en el que la realidad social, política y económica del país ha cambiado, como bien lo han resaltado en sus opiniones, tanto el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social como el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, la Defensoría del Pueblo, así como el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).

La organización de los comités del vaso de leche de Lima y Callao manifestó su disconformidad con el proyecto de ley materia de análisis, puesto que trasladar el programa al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social aumentaría la burocracia estatal y además que no se incrementa el presupuesto destinado para que este programa beneficie a más niños del Perú.

OFICINA DE COMUNICACIONES