Las exministras de Relaciones Exteriores y de Salud, Elizabeth Astete Rodríguez y Pilar Mazzetti Soler, respectivamente, ejercieron su derecho de defensa durante el Pleno para responder a las acusaciones constitucionales en contra de ellas.

La primera exfuncionaria lo hizo acompañada de su abogado; la segunda no, quien consideró que debió dársele una oportunidad de reprogramación para que se garantice su posibilidad de defensa.

Astete Rodríguez señaló que acudió a vacunarse convencida de la regularidad de la inoculación después de una reunión en enero en Palacio de Gobierno, donde informó al presidente Francisco Sagasti y a la entonces ministra de Salud, las razones por las que tenía pensado vacunarse.

Indicó que salió de la reunión segura de que contaba con la anuencia del primer mandatario y acudió en forma pública a vacunarse a la Universidad Peruana Cayetano Heredia, momento en que sabía que existía un remanente de los ensayos clínicos que podría ser utilizado en un proceso regular.

Durante las investigaciones, una vez declarado el caso como irregular, indicó haber brindado su total colaboración al Congreso para el esclarecimiento de los hechos y nuevamente reconoció haber cometido “un grave error de criterio al creer que la vacunación que le había sido sugerida repetidamente era de un proceso regular”.

Sin embargo, rechazó las imputaciones “de haberse aprovechado del cargo para solicitar la inoculación de la vacuna y de haber otorgado algún beneficio a Sinopharm o a cualquier otro laboratorio”.

“Mi vacunación no tuvo que ver con el proceso de negociación ni con beneficios indebidos a esa empresa”, dijo y aclaró que en los dos meses que estuvo en el cargo tuvo conocimiento de las gestiones realizadas para la obtención del lote de las llamadas “vacunas de cortesía”.

Indicó que en el tiempo que de su gestión como canciller hubo oferta de vacunas y que las chinas solo representan el tres por ciento del total concretado en ese período, además impulsó negociaciones con otros laboratorios las que quedaron avanzadas.

“Reitero que mi acceso a la vacuna se dio esencialmente por mi deseo de cumplir con la misión que se me encomendó de visitar la región Tumbes, en circunstancias que había aumentado el contagio”, anotó.

Su abogado defensor, Juan Peña, entre otros aspectos, sostuvo que si Astete Rodríguez incurrió en una falta de diligencia, como señala el informe de las acusaciones constitucionales, no existe un abuso de cargo y no hay ponderación de sus derechos particulares, porque incurrió “en un error de prohibición”.

MAZZETTI SOLER

Por su lado, la extitular de Salud señaló que la pandemia sorprendió al país con un grave déficit en salud, tanto en personal, infraestructura, medicina, y lo que se trató fue de atenuar la deficiencia frente a un mal que hizo colapsar a país con mayores recursos. Hizo un recuento de su gestión y del trabajo realizado en perjuicio de horas de descanso y alejamiento de la familia.

Aclaró que en ningún momento fue testigo de conversaciones entre la extitular del Palacio de Torres Tagle y el presidente de la República.

“He cometido un error de criterio. Un error político con respecto a una vacuna existente en un ámbito privado, con un marco regulatorio que fue aprobado meses atrás por la autoridades competentes, que no son el despacho ministerial que ahora puede ser cuestionado, pero que en su momento era un marco vigente, de alta contaminación y de riesgo para todos frente a una contante incertidumbre”, expresó.

Dijo haber reconocido su error, haber pedido disculpas y pagado el precio político. “Pero de allí a decir que no se ha trabajado por los intereses nacionales y los intereses de la Nación hace ver que no ha evaluado en forma integral la situación y la magnitud de los hechos y los esfuerzos realizados”, anotó.

Lima, 16 de abril de 2021

PRENSA-CONGRESO