TIC: Nuevo motor para el desarrollo
06 Oct 2025 | 13:02 h

En la era digital, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) no solo son herramientas, sino catalizadores del desarrollo económico, social, educativo y cultural. Han transformado la manera en que vivimos, trabajamos, aprendemos y nos conectamos. El mundo avanza a un ritmo vertiginoso, y el Perú tiene hoy una ventana de oportunidad única para impulsar su progreso cerrando brechas históricas a través del uso estratégico de las TIC.
A nivel global, las TIC han revolucionado todos los sectores productivos. Desde la automatización industrial hasta la inteligencia artificial en salud, educación o agricultura, estas tecnologías han demostrado su poder para optimizar procesos, reducir costos y multiplicar la productividad. Pero su impacto va más allá: han democratizado el acceso a la información, dinamizado la economía digital y desatado una ola de innovación sin precedentes.
Ejemplos como Estonia, Corea del Sur y Finlandia demuestran que una apuesta decidida por las TIC puede modernizar la gestión pública, hacer más eficientes los servicios del Estado y fortalecer la transparencia. Según la Unesco (2023), estos países lograron reducir drásticamente la burocracia gracias a plataformas digitales interoperables y a un gobierno conectado con su ciudadanía.
El Perú no parte de cero. Ha logrado avances importantes en conectividad e inclusión digital, pero las cifras revelan desafíos urgentes. De acuerdo con el INEI (2024), el 33,5 % de hogares rurales aún no accede a Internet, y solo el 12 % cuenta con banda ancha fija. Esta brecha digital frena el desarrollo y perpetúa desigualdades, especialmente en la educación: menos del 30 % de estudiantes en escuelas públicas tiene acceso regular a tecnología (Banco Mundial, 2022).
Y sin embargo, el potencial está allí. Sectores como el agro, el turismo, el comercio electrónico y la educación virtual podrían beneficiarse enormemente de una política nacional de transformación digital.
Las TIC son palanca de cambio que pueden, entre otras cosas:
- Reducir la brecha educativa: Plataformas virtuales llevan educación de calidad donde antes era imposible. Durante la pandemia, permitieron que el 60 % de estudiantes urbanos continuaran sus estudios (UNICEF, 2021).
- Impulsar empleo y emprendimiento: El ecosistema digital genera oportunidades a través de startups, economía colaborativa y teletrabajo (CEPAL, 2023).
- Modernizar los servicios públicos: Un gobierno digital agiliza trámites, combate la corrupción y mejora la experiencia ciudadana (UNDESA, 2022).
- Incluir financieramente: Aplicaciones como Yape y Plin crecieron más del 200 % en tres años (Asbanc, 2023), acercando servicios bancarios a millones.
- Revolucionar el agro: Tecnologías como la agricultura de precisión pueden elevar en un 30 % la productividad (Midagri, 2023).
Pero nada de esto será posible sin un liderazgo claro. El Estado debe encabezar esta transformación, invirtiendo en infraestructura digital, llevando conectividad a las zonas rurales, integrando competencias digitales en la educación, capacitando docentes y ciudadanos, promoviendo la innovación tecnológica y modernizando el marco legal que rige la economía digital.
La transformación digital no es un lujo ni una moda. Es una necesidad impostergable para construir un Perú más competitivo, justo e inclusivo. La tecnología está lista. El momento es ahora. ¿Estaremos a la altura del desafío?