Crisis climática y su impacto en la seguridad alimentaria
07 Abr 2025 | 14:41 h

Hace pocos días, discutíamos los profundos impactos del estrés hídrico y el alarmante déficit en la gestión eficiente del agua por parte de los gobiernos, una realidad que continúa empeorando día tras día. Este es solo uno de los innumerables aspectos de la crisis climática que afecta a todo el continente y al planeta en su conjunto. En cuanto a los devastadores efectos de las intensas lluvias, el daño no solo se limita a la pérdida de hectáreas cultivadas, sino que los agricultores se enfrentan a un panorama aún más sombrío. La proliferación de plagas y enfermedades, que atacan sin piedad sus cultivos, agrava aún más la ya de por sí crítica situación.
Según la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO), las intensas precipitaciones pluviales que han azotado diversas zonas del país en los últimos meses provocaron serias inundaciones, desbordes de ríos y deslizamientos de laderas, los cuales han arrasado aproximadamente 18,468 hectáreas de cultivos. Esto representa una pérdida económica estimada en más de S/ 13,403 millones, según este importante foro de diálogo y análisis en temas agrarios. Asimismo, el sector ganadero también se ha visto gravemente afectado, con más de 1,700 animales muertos. Además, las precipitaciones han causado daños significativos a la infraestructura y los medios de vida en al menos 13 regiones del país
Estas cifras no solo revelan un impacto económico alarmante, sino que constituyen una amenaza directa y gravísima para la seguridad alimentaria del país. Nos enfrentamos a un riesgo inminente que pone en jaque el abastecimiento oportuno de alimentos y amenaza la estabilidad de miles de agricultores, que luchan día a día por mantener sus cultivos en medio de esta trágica situación.
En este contexto, la agricultura familiar, que abastece el 83 % de los alimentos consumidos en el país, se encuentra expuesta debido a su alta vulnerabilidad ante esta crisis climática. Los agricultores no solo han perdido cultivos esenciales, sino que también enfrentan serias dificultades para acceder a los mercados, debido a la destrucción de carreteras, puentes y otras infraestructuras clave
Un reciente estudio de la Convención Nacional Agraria (CNA), Fovida y Oxfam revela que las comunidades enfrentan lluvias impredecibles, heladas severas y sequías prolongadas. Sin embargo, a pesar del escaso respaldo gubernamental, los agricultores han demostrado una notable capacidad de organización y resiliencia. No obstante, la sostenibilidad de estas estrategias dependerá de un mayor compromiso estatal en la gestión del cambio climático y la seguridad alimentaria.
Solo en marzo de este año, el Senamhi emitió 31 alertas por lluvias intensas en el Perú. A pesar de que, a la fecha, ya son más de 20 mil las hectáreas de cultivos afectadas en todo el país y se advierte sobre la posibilidad de una grave crisis alimentaria, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) comete el grave error de minimizar las alertas. Su Ministro ha salido a asegurar que el abastecimiento de alimentos en el país no se verá afectado, y ha afirmado, además, que la producción excedente garantizará que no haya escasez en los mercados. Sin embargo, esta postura ha sido cuestionada por los gremios agrarios, quienes advierten sobre el impacto a largo plazo de las pérdidas en la producción.
Es urgente que el Estado respalde a sus gremios agrarios en la lucha contra los devastadores efectos del cambio climático. Debe adoptar, de manera inmediata, una política firme para mejorar las condiciones productivas y, lo más crucial, poner en marcha medidas preventivas que salvaguarden la agricultura familiar y la seguridad alimentaria del país. La acción inmediata es la única forma de asegurar un futuro sostenible.