Gustavo Pacheco Villar, vicepresidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento Andino, propuso retomar la discusión referente a la Convención del Mar (Convemar), al recordar que hace veinte años cuando ocupaba la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores también planteó el tema debido su gran importancia.

“La discusión es jurídica, política y diplomática sobre un asunto que nos importa mucho como es la Convención del Mar. En esta oportunidad hemos traído a los principales ponentes, investigadores que nos dan su punto de vista y que necesariamente debemos abordar”, afirmó.

Agregó que lo que no podemos es esconder la cabeza debajo la tierra para no enterarnos de los problemas que existen, por lo que debemos regresar al debate sobre la Convención del Mar.

“Creo que hasta hoy no se toca el tema por una real falta de estadistas. Tenemos políticos, pero no estadistas que afronten los problemas con una mirada de largo plazo. Hay un documento pendiente en el Congreso presentado por el canciller Pérez De Cuellar durante el Gobierno de transición (2002), proponiendo la inclusión del país a Convemar, un documento que los parlamentarios de hoy deben retomar”, sostuvo.

Estas declaraciones fueron vertidas por Pacheco Villar durante la mesa redonda “A 27 años de vigencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982”, al que asistieron parlamentarios de diversas bancadas y especialistas en el tema de derechos del mar.

El internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay explicó que el concepto del mar es un concepto socioeconómico que consagra la libertad de navegación y que está consagrado en el artículo 54 de la Constitución vigente.

“Se cree que tenemos un mar territorial de 200 millas y no es así. Bajo esa idea ninguna nave podría entrar en aguas peruanas. La idea está en el imaginario popular y en los currículos escolares, pero debemos precisar que nunca hemos tenido el mar territorial de 200 millas. Por esa razón, la Convención del Mar que es el mayor tratado que habla sobre uno de los espacios que le llama mar territorial de 12 millas. Fue muy fácil que la gente compare si la Convención del Mar solo habla de 12 millas por qué vamos a apoyarlo si tenemos el documento emitido de Bustamante y Rivero que de manera equivocada habla de un mar territorial de 200 millas”, refirió.

Por su parte, el embajador Jorge Colungue Villacorta, exdirector de Asuntos Antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores, propuso enmendar errores y daños, además explicó que la no participación del país en la Convemar nos ha dejado totalmente desprotegidos, desamparados, no solo respecto a los intereses marítimos, sino sobre los intereses mineros.

“Al no formar parte de Convemar, no participamos sobre las nuevas normas que se crean respecto a los minerales que yacen en el subsuelo del mar. Allí están discutiendo precios, derechos, inclusive esa falta de participación del Perú puede costar muy caro, porque se hará daño a las siguientes generaciones”, advirtió.

A su turno, el embajador Nicolás Roncagliolo Higueras versó sobre la tesis de las 200 millas promulgada en 1947 por el entonces presidente José Luis Bustamante y Rivero y refrendada por el canciller Enrique García Sayán, indesmayable promotor de los fundamentos de orden jurídico, económico y social que motivaron la reivindicación del Perú, estableciendo la zona marítima de 200 millas de control y protección. Esto con la finalidad de preservar, proteger y utilizar los recursos y riquezas en el mar adyacente o debajo de este sin perjuicio de los derechos de navegación de las demás naciones.

Fue ante el rápido progreso de las ciencias náuticas y las técnicas pesqueras que repercuten en una enorme presión sobre los recursos oceánicos. Los primeros efectos se habían manifestado sobre las prósperas pesquerías en los mares del norte europeo y en Estados Unidos. A esta situación se sumaba la caza desproporcionada de ballenas, particularmente las efectuadas en el Ártico por las grandes flotas pesqueras, que no conformes con haber afectado determinadas especies en el hemisferio norte ahora ejercieron inusual presión sobre las especies más valiosas en nuestra región.

Esta importante iniciativa se constituyó en política de Estado sostenida en las próximas tres décadas. En búsqueda del reconocimiento internacional al espacio de las 200 millas, como medida de protección económica y ecológica se concertó acciones con Chile y Ecuador a través de una alianza tripartita, cuyos términos se plasmaron en el Acuerdo de Santiago en agosto 1952 y la Declaración sobre la Organización de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS). Asimismo, nuestro país ha mantenido una política de Estado en torno a la defensa de la zona marítima de 200 millas. Posición que se ha caracterizado por la unidad y consistencia. Además, es desde 1947 que todos los regímenes políticos que han ejercido el poder han mantenido invariablemente las mismas líneas de conducta e idéntica interpretación.

Luego de una etapa de defensa y consolidación de los principios de defensa de las 200 millas (considerado en el Acuerdo de Santiago, que amplió su influencia en los países del África y Asia y movimientos políticos como los no alineados, de gran convocatoria mundial.

Con la implementación de la Convemar, aprobada en 1982, podríamos decir que hemos pasado de una visión que amparaba únicamente los interese de las potencias mundiales a una visión holística, que incorpora los intereses de los países en vías de desarrollo que nos permite comprender la estrecha relación existente entre los diferentes espacios creados por la nueva Convención del Mar, bajo la premisa universalmente aceptada de la “unidad del espacio oceánico”.

Por lo consiguiente debemos dar prioridad a la adhesión de nuestro país a la Convemar para que permita integrarnos plenamente a los nuevos desarrollos que se observan en el derecho del mar y dar mayor consistencia a la lucha contra los cambios climáticos, que es también una lucha por la supervivencia de la humanidad, afirmó el especialista en el tema.

Lima, 29 de noviembre de 2021

PRENSA-CONGRESO