Urge reconstruir el país.

23 Jun 2023 | 12:53 h

Posiblemente Perú está viviendo uno de los momentos más difíciles en su historia republicana, incremento de la pobreza, inseguridad ciudadana desorbitada, corrupción generalizada, políticos indolentes, ausencia de principios y valores, informalidad galopante, desempleo y subempleo e insensibilidad social. Todo junto e incremental.

En esa dirección parece obvio preguntarnos, ¿Qué podemos esperar para el Perú los años venideros si todos quienes habitamos esta tierra bendita continuamos aceptando lo inaceptable y normalizando todos sus males y falencias? Muy poco la verdad, supondría seguir por el sendero equivocado hasta convertirnos en un Estado fallido y desangrarnos hasta languidecer. Un verdadero apocalipsis.

Los erráticos gobiernos de las últimas décadas no nos llevan al optimismo ciertamente, los intereses personales priman sobre el dolor y sufrimiento colectivo, las componendas congresales, la ausencia de liderazgos, los partidos políticos mediocres en fondo y forma, nos han llevado a una crisis de paradigmas desalentadora. Es necesario patear este tablero de despropósitos y dar un drástico giro de 180 grados para revertir esta dinámica destructiva. Urge reconstruir el país con una nueva visión.

Una nueva visión que parta de una premisa y prioridad: el humanismo. Todos somos seres humanos, de carne y hueso, sensibles y mortales, con necesidades, con sueños, con metas y deseos auténticos y legítimos de superación. Es imperativo sacudirnos de esta dinámica perversa, abandonar esta quietud cómplice y recordar la sabia reflexión de Albert Eistein “No pretendas que las cosas cambien si sigues haciendo lo mismo”

Debemos salir de esa falsa dicotomía de ideologías de izquierda o de derecha, de comunistas o fascistas, de un Estado todopoderoso o un sector privado con poder omnímodo. No es momento de partidos políticos con la misma retórica ni tener con discursos pendulares. En otros términos, Perú necesita un partido Humanista con sentido patriótico.

¿Qué sígnica ello? Significa que es necesario construir un partido político que desde su esencia sea diferente a los tradicionales, un partido amplio que no exija ideologías, ni cuotas, que se alimente de plataformas ciudadanas sin colores políticos. Verdaderos ciudadanos con legítimas propuestas de diferente índole que representen demandas postergadas y nunca atendidas y a partir de este partido político, puedan canalizar de manera efectiva sus necesidades a una clase dirigente ideologizada, sorda y ciega.

Significa dar un salto cualitativo de lo que se conoce como democracia participativa de papel a una democracia deliberativa vinculante porque tendrá un partido político con representación parlamentaria.

Un partido político moderno, de última generación que no exige ideologías ni promete representar sino deliberar con carácter vinculante las demandas ciudadanas. Un partido político desideologizado donde sus participantes no son representados, sino que ellos mismos se representan, desde el mismo epicentro donde el poder delibera (Congreso) y ejecuta (Poder ejecutivo).

Se trata de crear por vez primera en el Perú un partido político que pase de la manoseada democracia participativa a una verdadera democracia deliberativa.

Lima, 23 de junio de 2023

FERNANDO ARCE ALVARADO- PARLAMENTO ANDINO  

 

 

 

 

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